jueves, 25 de junio de 2009

Pequeño Cuento para ir, o volver (tren o subte)

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Se me antoja este otoño, pura urgencia de almohadas pegadas y de sueños que sin remedio, nunca concluyen. Sueños de barcos encallados, de encalladas costas sobre una naranja y de naranja el abrazo de una desconocida que siempre termina siendo ella, que es ella y otra, otra que es desconocida pero de abrazos sabidos desde antes y después. Y después, despertador/ducha/cafe/zapatos/llaves/puertaascensor/calle/otoño, que de pura urgencia se me antoja sueño/barcos/costas/naranjas/abrazos.
Ahora, vagón y nunca comprenderé a esos que se paran sobre el estribo de un tren, pendiendo apenas de un hilo dental sus delicadas vidas... es acaso el valor de una vida (sus vidas) el precio de una ilusoria aventura que implica viajar en el estribo de un tren?. Ahora, este “mientras” de este ahora que me otorga urgencias de almohadas pegadas y sueño y no lo dejo escondido en mi a este sentimiento tremendo de que por todas, ese que viaja en el estribo, se caiga definitivamente. Me revienta soberanamente lo inconcluso (como los sueños sin remedios), por que viajar así, es como suicidarse pero no, una histeria de amor que seduce, pero no entrega.
Chacarita, y el que viajaba al borde de un histérico suicidio baja. Malón y al subte. Dorrego, línea B. Te miro/miré/mirare mientras (otro “mientras” de otro “ahora-antes-después”) subes/subías/subís a otro vagón (no tren, pero si tren). Tus pecas son una rebelión de colores sobre tu rostro pálido que invaden desde tu frente hasta tu cuello, mas allá (del cuello) todo es misterio. Ojos miel que chorrea en las propagandas de abejas sin aguijones, con las virtudes y no los defectos, HoneyNuts/cereal/leche/café/zapatos/llaves/puertaascensor y todo lo después y no mientras.
Malabia, línea B o líneas extendidas sobre la playa de tu pómulos atiborrados de pecas que, en sueños despiertos, desdibujo con una rama de árbol tu mapa de pecas rebeldes que van desde tu frente, hasta el misterio que se esconde bajo tu polera naranja. Leo en el otoño, pura urgencia.
Gallardo bajo un Ángel (línea B), son diagramas de pasos gastados, y tus pecas siguen allí, en su misma posición geográfica, elucubrando planes de rebeldía y conquistas mas allá de tus pechos (imagino), por sobre tu cintura, circunnavegando hacia el extremo de tu hemisferio, coxis y baja mar de tus nalgas. Hasta donde llegarán las ambiciones de las pecas?. Serán el talón el ultimo bastión de su pecas?.
Medrano, línea B, me duermo. Presumo sueños de barcos, navego y es desierto el océano. Uno viaja al borden del estribo... cáete por dios!, me desespera verlo con el viento frío en la cara, cara de pecas. No es “él”, es “ella”.
Carlos Gardel, línea B. Despierto con una sensación de siglos, como si hubiese dormido desde antes de este ahora y sus mientras y después. No esta. No están las pecas. No esta su polera naranja ni su rostro pálido. Como si aquel que viajaba en el estribo hubiera saltado definitivamente. Saltado o entregado. Como si ese acto tan descollante hubiera saciado cierta sensación de necesidad (mi necesidad de conclusión). Pero ella, no esta ahora, aquí. Bajo del subte o salto del tren?.
Pueyrredón, línea B. Se me antoja este otoño, de pura estela sobre la mar del cielo. La gente sube y baja y se agolpa y se pegan y se disculpan y cara de nada y empujen empujen que entramos y cielo arriba infierno abajo y otro será testigo de sus pecas misteriosas que a estas alturas la miro con paso muelle doblar en Medrano, sigue rumbo a Sarmiento... después, todo es niebla en mi imaginación.
Pasteur, línea B. Se me antoja este otoño, de urgencia de sueño... y el sueño era de mar, barcos encallados que encalladas costas que sobre una naranja que abrazos de desconocida (que ahora lleva polera naranja por Medrano hasta Sarmiento) y un árbol que rama que desdibuja pecas que esta estación (otoño, línea B) llega a la histeria de su amor, que como todo suicidio, seduce, pero no enamora.
Uruguay, línea B. Y si le hubiera dicho “... cáete por Dios!”. Si hubiera tirado ese que viajaba en el estribo de un tren con rumbo a Chacarita?. Me hubiera hecho caso?. Acaso me hubiera hablado si le hubiera dicho, por ejemplo: “...como te llamas?”, antes de bajarse del subte?.
Pellegrini, línea B y este subte es un barco lleno de naranjas y desconocidos y otros, y ellas.
Florida, línea B. Y ahora, anden/escalera/calle. Un viento frío en la cara (mi cara sin pecas, mi sin ella). Pura estela de nubes que rayan un cielo goma-eva azulina. Fichar horario/entrada/oficina (se me antoja este otoño). Trabajo pendiente/lapicera/cortapapel (pura urgencia de almohadas pegadas). Impresora/mercado bursátil/Merval (de sueños que sin remedio), nunca concluyen.

3 comentarios:

Guadaesunserextraño dijo...

que bueno leerte querido!!

Guadaesunserextraño dijo...

que bueno leerte querido!!

Tuky dijo...

hoy en el subte me pasó algo raro fijate cuando tengas ganas