A veces parece que la vida es una puta mierda. Ya lo sabemos, las cosas no salen bien o, mejor dicho, no salen como uno espera. Sin embargo me gusta mirarle el lado positivo a las cosas.
Mi post anterior era una puteada y al día siguiente ya estaba disfrutando de cosas simples, esas cosas que muchos pasan por alto y que para mi son pequeñas dosis de esperanza.
Cada maestrito con su librito (dice mi vieja) y yo lejos de ser maestra de nada, tengo un arsenal de pequeñas cosas que me salvan. Una canción, un libro, una charla con un amigo.
¿A quién no lo salva mirar una planta y pensar que sin hacer fuerza ella, vive?
No siempre TODO tiene que costar grandes esfuerzo, no todo es una mierda, no siempre nadie da una mano, no siempre todo tiene gusto a egoísmo.
Esta semana hice algo que jamás hubiera hecho, hice algo sin pensarlo, seguí lo que decía mi corazón. ¿Gané algo? No, la vida siguió sin grandes cambios pero estoy feliz, hice lo que sentía. Al menos no moriré preguntándome que hubiera pasado si lo hacía.
Tuky ¿a qué vas con todo esto?
A nada. A que hay muchos héroes dando vueltas aunque no se los vea.
No, no arriesgué mi vida por un desconocido, hice algo osado por mi propia alma y eso, es todo un logro, aunque yo no ande con capa de superhéroe.
-
0 comentarios:
Publicar un comentario