lunes, 9 de marzo de 2009

Feliz "todos" los dias y el extraño caso de José Luis

Supongamos un asado. Imaginemos un domingo. Sumemos un mediodía, vinos y amigos y charlas. Una mesa predispuesta en donde circunnavegan voces sin un tema claro. El sonido tipico de vasos que se golpean, otros se derraman, otros yacen vacíos e inertes, como desprovistos de alma o alcohol, que para este caso, es lo mismo.
Un comentario de declina en charla. Toda charla sugiere un debate. Todo debate se corrompe (por esa puta manía de interponer nuestros canones internos, nuestras pautas de que todo, “tiene que ser como yo lo digo”, aunque no tenga razón) frente a la disputa de saber (y yo lo se y no José Luis que ahora se sirve un tintolin para bajar los sochori y que nunca fue un tipo con imaginación, y mucho menos sutileza –digo esto, mientras su eruto tipo Vesubio barre la Pompeya de la mesa-) donde esta la verdad de la milanesa. Y todo debate marcado por lo corrupto, se envuelve en ese halo macabro de la discusión. Discusión nacida de un comentario. Y el comentario provenía desde ese rincón tan alejado de la mesa, allí, donde las esposas se mezclaban entre las novias, y las que no eran ni una cosa ni la otra, se mimetizaban entre las solteras, y en estas, una jugaba a ser esposa, sin serlo o a novia, con derechos a regalos, pero sin responsabilidad de elección.
Marcela despotricaba: “hasta que no deje de haber un `día de la mujer`, no va a existir jamás la igualdad de genero”, a lo que un coro de ninfas se alzaban al son de un “si, claro” acompañado por un sonido tenue de viento y pajarillos.
Desde la otra ala de la mesa, el silencio se hizo cómplice y presto atención a aquella declaración tan inoportuna como el gol de Montenegro a Boca.
“Uh!, Marcela, corta con ese mambo feminista por Dio`!”, decía Aníbal. “No, para, ella tiene razón” retrucaba Gabriela mientras amagaba a un faso (excusas para dejar de fumar). “Bue`!, ahí salio la otra”, un quiero vale cuatro de Guillermo para que Marcela volviera con bronca a cantarle “quiero, puto machista de mierda”. Y Guillermo, al mazo.
“¿Por que carajo tiene que existir el día de mujer?”. Bueno Marcela, decía yo en tono conciliadora, en realidad es en memoria de no me acuerdo que cosa, pero sin ofender ni rebajar a las mujeres en realidad.
“Nada que ver Diego, el día de la mujer se invento para que se contemple, inconcientemente, en cada hombre que debajo de ellos, estaban, estan y estarán las mujeres, es un grabado a fuego a que, así como existe el día del amigo, el día del tío, el del abuelo, el de la raza, el del choclo, también tiene que existir el día de la mujer. ¿Por qué no existe el dia del hombre?. ¿Es que acaso ellos están exento de toda celebración?. Así como la mujer gano el voto popular a fuerza de pujar y pujar, tipo parto, para parir una igualdad, también debería luchar para abolir ciertas pautas culturales que no hacen otra cosa que bajarla a un peldaño en esa escalera de igualdades. Mientras exista una conciencia que dictamine las diferencias entre géneros, nosotras, las mujeres, estamos condenadas a la desigualdad, y por ende a factores que influyen en eso. Trabajos iguales, pero menos paga, por ejemplo”. Sorbe un poco de su vaso, Gabriela ya no amaga y prende el faso, Aníbal escucha, pero no, Josè Luis eruta por tercera vez, quizás, como muestra fehaciente de esta parte de la humanidad que poco le importa la otra parte de la humanidad. Yo, escucho, fumo, tomo, y me entran unas ganas de putear a Independiente, a Montenegro, y a Marcela.
Desde lejos se sumaba Roberto, que después de su reverendo asado, se disponía a disfrutar (¿?) de la charla. “Bueno Marce –decía- tenes que pensar que un mundo de hombre, es propio que se le festeje a la mujer, quizas, como merecidos logros justamente por vivir dentro de una sociedad machista”. “Es que, es eso justamente, (eruta Josè Luis y ya me resulta extraño), hay que cambiar esa idea para que justamente el mundo no sea de “hombres” ni de “mujeres”, sino de “hombres y mujeres”. Laura aportaba lo suyo: “Es como decir, mira, somos todos iguales, pero te voy a dar un día para felicitarte, pero no felicitarte por tus logros, sino, por que sos mujer, como si eso fuera lo especial”. (Gabriela pita y apaga el faso, Montenegro patea el penal. Gol). “Y es que son especiales”, medio tirado de los pelos Anìbal intenta arrimar el bochin, sin logro alguno. “Anda a cagar Anìbal!, especiales?, nooo, somos iguales que ud., pero sin ese péndulo que marca la hora de inicio y final de una cojida”. Laura, pierde los estribos. Yo puteo por dentro mientras Montenegro festeja y esta jodida tarde se va declinando taciturna y un poco áspera.

Mas allá de las idas y venias con respecto a la igualdad de genero, creo que ambos, hombres y mujeres, son seres especiales, que aportan desde sus experiencias para que la vida se de, para que la rueda ande, para que el mundo gire. De niño me imaginaba como seria el mundo si las mujeres lo gobernaran en su totalidad. Hoy, me dio cuenta que seria la misma cosa, con las buenas y con las malas, quizás mejor, quizás peor. Lo cierto esta en que si se quiere llegar a la igualdad en todo sentido, no sirve que uno lo proponga, si no que ambos, así lo dispongan.

(Josè Luis va al baño y se pierde de vista durante toda la tarde).

3 comentarios:

Mariann dijo...

todo muy lindo, pero de la carne y los choris no hablaste y eso... querido, es lo único que importa en un asado.

MariaN dijo...

CHIQUI 2 COSAS: 1 GENIAL EL ASADO ESE, BASTANTE INTERESANTE LO DE ESAS CHICAS , A MI ME DA IGUAL , POR Q FESTEJO TODO LO Q PUEDO...HASTA EL DIA DEL CHOCLO HACIENDO UNAS EMPANADAS DE HUMITA.
2 LA PROXIMA INVITA CON ESE CASTING DE AMIGOS NO PUEDE FALLAR , ASI LA CARNE SEA UN APORQUERIA TRINQUTE VA HABER SEGURO!!!

Tuky dijo...

A mi no me interesó la carne, ni los dichos de las invitadas. Pero déjeme decirse una cosa Sir Oceano, usteT, escribiendo me gusta mucho, mucho.
La estructura del texto, la forma de contar las cosas, le pone glamour a este blog.
Me gustó como desarrolló las cosas y ese final, excelent :)