amor.-?

El amor no existe, digo esto mientras ponga una sartén con un chorrito de aceite a fuego lento y preparo las cebollas a picar. Eso es mentira, dice ella mientras pica el morrón, sirve de dos copas de vino y sorbe apenas mojándose los labios. Amor era el de antes, digo, en donde las sociedades necesitaban creer en eso, (pico cebollas, la sartén comienza a calentar y ella prende un cigarrillo) en donde se vendían mas libros de poesías, como referente del romanticismo ergo el amor como fuente de inspiración. Hay una necesidad de amar y ser amado, dice ella (pita, toma, corta en cubos unas zanahorias, toma, pita), ayer, hoy, siempre, el amor es fuente de inspiración inacabada e inconclusa, lo que se acaba son las ideas y las palabras y sus formas de expresiones, ya esta todo dicho. Justamente, por tanto y todo lo dicho, la humanidad ha dejado de ver el amor como forma de expresión mas pura y germinal (meto las cebollas y el morrón en el aceite caliente). Uno no ama desde su ser, sino desde el pertenecer, y eso se asemeja mas al egoísmo que al amor. La frase “te quiero” ya denota posesión. Si, pero el querer no es amar, dice ella que ahora se sienta y simula beber, pitar y no irritarse. El amor es una condición humana y como condición esta supeditada a los mandatos del alma. Pero el hombre moderno carece o esta perdiendo justamente eso, ya no se ama por amor, se ama por que se siente que el otro lo ama, es decir, amamos todo aquello que nos da un sentido de existencia a nosotros mismos, en ese sentido, no es amor lo que se comparte, sino, un momento (pongo una cacerola, salsa de tomate, las cebollas, el morrón y carne picada, bebo). El amor, dice ella mientras se para, abre un paquete de fideos y sigue, es una necesidad fundamental de cada ser vivo. El amor es una fantasía romántica que ha perdido continuidad, digo, bebo, pito de su cigarrillo, revuelvo la cacerola, y hoy, la humanidad ha cambiado los valores de fantasías, ha redefinido el amor como forma de vender, vender y seguir vendiendo postales para San Valentin... silencio, la cacerola burbujea su hervor primario, el cigarrillo se consume en sus labios y una mosca raya el espacio entre ella y yo. Vos me amas?, pregunta mientras pone al fuego una olla, una pizca de sal. Siento una atracción desmedida, un impulso motor que me lleva a acercarme, a estar.... acaso eso es amor?, pito y apago el cigarrillo, bebo, revuelvo y me pierdo con la mosca. Digo, podemos definir tan sencillamente lo que es amor?, acaso no nos atraemos por cuestiones referidas al gusto mas que a un despertar de un sentimiento elevado?. Vos no me amas, sentencia, se sienta, suspira y tapa la olla. Acaso vos si me amas?. Me gustas, la paso bien, nos peleamos y nos ... la distrae la mosca... y nos reconciliamos. Acaso es amar?. Pone los fideos, dice ella. Bebemos, nos miramos, el sentido trágico del amar no esta dado por sus definiciones, sino, por la sensación tan infantil no saberlo definir, quizás ahí, es donde nos encontramos desvalidos, huérfanos de toda definición.
Cenamos, y haríamos el amor de la forma mas conveniente, seria aquella vez, la ultima vez.

Tiempo después, recibiría una planta (la aloe vera) y una carta que decia: “Es cierto, dejamos de creer en lo que creemos cuando nos damos cuenta de que existen otras creencias, que nos convienen mas creer. Los fideos estaban buenisimos!!!”.

“Los fideos estaban buenisimos”, ahí había amor.