viernes, 20 de febrero de 2009

De Invitaciones y Iceberg


Hoy me toco llegar hasta aquí por una invitación o equivocación por parte de quien me invito, o mas bien, por quien insistió o promulgo mi invitación. Mas allá de los pormenores que llegaron a aceptar semejante invitación a invitarme, yo, como buen caballero, respondí con urgencia como aquel que tiene algo que decir, y por ende habla por que tiene boca.
Y la verdad, no se me ocurría que decir, por que, como decía, un caballero nunca se rehúsa a una invitación nacida de una mujer, pero, válgame dios!... que silencio atroz se derrama luego de la invitación, asi pues, haciendo gala de mi madurez infantil (o de mi inmadurez madura), vino a mi, una recuerdo vago de una invitación que jamás tendría que haber sido, pero que, irremediablemente, fue.




Viste cuando te tropezas con eso que llaman amor?... viste cuando te enamoras y los días se transforman en delicados cantos de pajarillos que se posan sobre tu hombro en primavera?, o cuando en otoño la hojarasca te recuerda en cada crujir al nombre de tu amada/o?.... bueno, no, por que viste cuando tu amada/o se convierte en esa frase que hace temblar?... si, esa frase: “necesito tiempo”. Pum!.
Hacia tres meses del rompimiento del casco principal de mi Titanic. Tres meses desde que su voz de iceberg indómito choco contra el lado mas débil de mi embarcación. Tres meses de jodido hundimiento y los barquitos saliendo a toda prisa antes que se lo tragara aquella bestia que se dormía, día tras día, en el mas hondo de los abismos, el silencio.
Tres meses y dos días cuando un amigo me invito a una fiesta, clara posibilidad de que al fin, un buque pesquero había visto mis señales de S.O.S., y al rescate, me tomo por sorpresa la fiesta, la invitación, el llegar, el tomar dos vasos de cervezas, la charla que desempañaba las ventanas de mis ojos, el reencuentro y encuentro y nuevas caras y nuevos diálogos y nuevas invitaciones. Estaba, pues, amarrando nuevas velas, cuando al girar por babor la vi a ella, que otrora fuera la misma, pero distinta. Así y todo y con la excusa que nos da tres vasos de cerveza y dos de vino, me propuse, nuevamente, intentar acercamientos y ver si todo había sido no mas que un simulacro.
Obviamente lo primero que salio de mi boca fue el típico “hola”, a lo cual ella sencillamente replico con otro de igual énfasis y sin demostración alguna de asombro, a lo cual una tercera voz se sumo diciendo aquella primera palabra mía, que cuando lo dicen dos, ta` bien, pero cuando hay una tercera... pues, ya empieza a quedar un poco rancia. “Diego, el es Ramiro”. Y Ramiro ya tenia en mi un toque polar, de iceberg, de continente blanco.
La mañana me encontró en el armario de la habitación principal de aquella casa antes fiesta. Una botella de vino entre mis brazos como único salvavidas de una noche que olvide apenas Ramiro dijo por cuarta vez “hola” y me estrecho la mano. El resto son solo resto de una bitácora que borre con el tiempo.

Después vendrían los “yo no sabia que iba a ir”, por parte de mi amigo, y los etcéteras que ya se imaginaran. A veces los discursos de los momentos trágicos nunca cambian, nos sostenemos de ellos para apaciguar un dolor que duele hasta la medula, y es que en los momentos bravos, la mente pierde originalidad.

Vivimos constantemente entre invitaciones e invitaciones (unas mas importantes que otras,y otras mas efimeras que otras), y es uno quien toma las opciones que se nos presentan, todo esta en el aceptar o no, y hasta ahí, hay una invitación oculta.
Así que, nunca me niego a una invitación, pero eso si... siempre me percato de que a donde me inviten tenga un armario y, desde luego, siempre llevo una botella de vino, por las dudas.



6 comentarios:

Minister dijo...

Muy bueno! Sinceramente un encuentro muy desafortunado tuviste.

Espero que llegue el día en que aceptes invitaciones sin importarte que no haya escondites seguros o salvavidas malbec. El día en que no te resignes a que vas a terminar ahí.

Y se va a dar, por el mero hecho de haber narrado esta historia con cierto grado de humor y poesía.

Mariann dijo...

son todas putas...

Mariann dijo...

son todas putas...

Oceano dijo...

Ah!, estimado Minister, el riesgo como placer de no saber...

Lo tendre en cuenta para futuras invitaciones...

chaaaa`gracia`.

Oceano dijo...

Totalmente!... pero que putas divinas me han tocado vivir!.
Eso si, hay putas y putas, las que te pagan, las que cobran y las que lo hacen de onda no ma`.

Chasquidos al silencios

MariaN dijo...

HOLAAA Y BIENVENIDO CHIQUI!!! Q PLACER Q ESTES ENTRE NOS.
CON RESPECTO AL RELATO , Q VOY A DECIR QUERIDO, IMPECABLE , YO NO ESTOY TAN EMBELESADA COMO EL RESTO POR Q YA TE CONOZCO Y NO QUIERO Q TE ME DUERMAS EN LOS LAURELES. MA SI .... 10! 10! 10! POSTEANDO POR UN SUEÑO!